No me pareció que tuviera sentido hacer una crítica literaria sobre Una estrella que no se apaga, el libro escrito por la familia Earl, que cuenta las experiencias de su hija Esther quien murió de cáncer en 2010 y, a quien John Green conoció y dedicó TFIOS.
Lloré mucho mientras leía, pero no por pena o porque es triste leer morir a una jovencita de cáncer. Lloré porque, a pesar de todo, Esther nunca dejó de brillar y dar amor. Admiro toda la fuerza que tenía esa joven.
Todos lo que la conocieron dicen que ella les iluminó la vida y les cambió el corazón, y yo no fui la excepción, Esther encendió una estrella en mí que no se va a apagar.
Ella fue una jovencita muy madura a quien le detectaron cáncer de tiroides y tuvo la mala suerte de ser el mínimo porcentaje de personas cuya enfermedad es incurable.
Personalmente, me considero una persona con mala suerte, que todo lo que quiero me cuesta el triple y nunca me sale bien, pero después de leer el libro me di cuenta que debo tener más cuidado a la hora de afirmar estas cosas, Esther realmente tuvo mala suerte y ella nunca perdió la Fe en Dios y la sonrisa.
"No llores porque se ha acabado; sonríe porque ha sucedido"Doctor Seuss
En pequeñas ocasiones Esther se me hizo un poco engreída, pero creo que me resultó así porque era demasiado madura para su edad, quizás como vivió tan poco físicamente su cerebro maduraba rápido para que pudiera vivir una vida entera en un tiempo más acotado.
El libro no habla sobre el cáncer y la muerte. Este libro es vida, es afrontar un momento duro con amor. Yo diría que es una mezcla de auto-ayuda, novela y biografía. No sé si es para todo o más bien si todos disfrutarán leyendo la historia que se cuenta en sus páginas, es como leer el Diario de Anna Frank, incluso a mí por momentos se me hizo largo porque sus amigos escriben cartas, agradecimientos, anécdotas, etc pero lo terminé en una noche y acabé queriendo mucho a Esther.
"Una vid no es para vivirla a medias. Es para vivirla al máximo, abrazándola por completo. Si se quiere cambiar algo en este mundo, hay que ser fuerte. Hay que aprovechar las oportunidades. Hay que perseverar. A veces se debe ir a ciegas en una dirección de la que quizás no sé esté seguro, pero de la que esperas que te lleve al sitio adecuado" Evangeline Earl
Muchos leerán el libro porque está relacionado con John Green y TFIOS, y en parte es así porque el autor y ella se conocieron en una convención de Harry Potter donde formaron una linda amistad, porque Esther era especial. Una joven madura y hospitalaria. Pero no esperen encontrarse con una historia de amor y humor negro, este libro dista de la novela de Hazel Grace Lancaster. Es más bien un mix de diario íntimo, cartas, posteos y comentarios que fueron recolectados por los padres de Esther, una vez que ella murió y de cierta forma cumplieron el sueño de ella. Quería ser escritora.
Todos lo que conocieron remarcan lo especial que era, casi perfecta pero ella en sus palabras nunca deja de recordarnos que no era así, que ella no era una especie de criatura impoluta que no se equivocaba y vivía de dar amor.
Esther misma escribe sobre su aislamiento, sus miedos, dolores berrinches y mal humor. Una persona como cualquiera, y que justamente no se necesita alcanzar la perfección para poder obrar bien. Cada uno, con imperfecciones y diferencias, debe salir adelante con una sonrisa, dando amor y actuando por el bien propio y de los demás.
"Hablan muy bien de mí, pero tengo la sensación de que os estoy engañando, porque no siempre soy maravillosa, y no siempre soy fantástica, y no siempre soy fuerte y valiente, y deberíais saberlo. Me refiero a que no siempre soy perfecta: me enfado, hago tonterías me atormento, lloro, odio mi cáncer, juzgo a la gente, grito a mis padres..."
No tenemos que perder el tiempo en malos pensamientos y aprovechar nuestra vida para ser hospitalarios y hacer sentir especiales a los demás. No sabemos cuánto tiempo tenemos y como Esther, que sus días estaban contados hay que aprovecharlos al máximo para hacer lo que nos gusta.
No digamos: Cuando sea grande haré tal o cual cosa, empecemos desde hoy.

Creo que, como la mayoría de las personas que tocan muchísimos corazones o se vuelven famosos, Esther tenía ese factor X, un talento especial en su caso el de empatizar y hacer sentir bien a los demás a pesar de estar sufriendo y muriendo. Ella era un Estrella y gracias a lo sembrado mientras vivió, su legado no se extinguirá.
"A veces deseo que nada de esto hubiese sucedido, pero luego me doy cuenta de que en ese caso no sería quien soy."
